¿Que constituye la felicidad?

Cala Galana – Menorca

Que constituye la felicidad?, ese bien tan preciado, tan deseado, buscado por la humanidad entera, y tan inalcanzable y escurridiza.

Estoy en uno de los lugares mas hermosos del planeta, en un hotel de lujo, con una piscina con infinito a una cala bañada por el sol de Menorca.

El nombre de Menorca ya suena a promesa de felicidad, y sin embargo, habiendo llegado a esta tierra que promete y garantiza bienestar, yo me encuentro con un dolor interno, que traspasa lo físico y me toca el alma.

Dicen que uno la felicidad la lleva adentro. Pues yo me la debo haber dejado en casa antes de salir, porque a pesar de todo intento de conexión con el lugar, las personas, el agua y el sol, sigo caminando doblada como si el peso del mundo estuviera sobre mis hombros.

Para peor, ni siquiera estoy sola, esto al lado de personas que me aman, que se preocupan por mi y sin embargo, todo traspasa como si yo fuera un colador gigante por donde pasa el amor, para dejar un pedregullo en mí, que solo me intoxica y me carga de peso.

El cansancio me juega en contra. El cansancio de qué?. De Todo. Pero sobre todo de mi misma. Podría hacer una lista interminable de personas y razones por las cuales mi vida se torno insoportable, sin embargo, a los 50 años, todo se resume a una persona y a un momento. Yo y ahora.

Cuando uno dice basta? En estos días dije basta al maltrato de otros, pero cuando voy a decir basta a mi propio maltrato. Mientras escribo estas palabras con la ilusión que sean el vehículo a la salida de este túnel oscuro e interminable, tengo ansiedad.

Voy a intentar describir el circulo, a ver si de una vez lo entiendo y logro cortarlo.

Las mañanas me ilusionan, me dan incentivo, me levanto sintiendo cierta sensación de alivio y esperanza. Luego en lo que avanza el día, el alivio y la liviandad dan paso al cansancio, la energía se empieza a disipar, lo que de entrada me resultaba sencillo, empieza a pesar. Para el medio día, la inquebrantable voluntad para hacer algo sano por mi pasa a debilitarse. En mi cabeza empiezan a fluir excusas de porque razón vale claudicar a mi esfuerzo. Aunque aún, por el mediodía todavía tengo fuerzas para filtrar los embates de la ansiedad. En lugar de puro harina, fritos o alcohol puedo sucumbir ante algo menos dañino, como un café, una fruta o algo bajo en carbohidratos, que me hace sentir que toda mi inversión en el estudio de la alimentación, no fue en vano.

Sin embargo el día pasa. No puedo describir cuando la sensación de ansiedad y angustia empiezan a subir. Ya pasado el mediodía, si es un día de semana, depende de la agenda laboral, si es el fin de semana, va a depender de lo personal, cada factor va a dar como resultado una dosis de ansiedad en mi ser, que se va a traducir en los pensamientos que empiecen a invadirme. Como por ejemplo, tengo que correr para contrarrestar o voy a comer, pero no voy a tomar. Voy a tomar, pero voy a comer sano. No voy a correr y voy a comer y tomar lo que se me venga en gana.

Llega el anochecer, con suerte logre respetar el día y no desbarrancar en un atraco antes de las 7 de la tarde. Ahora empieza el ultimo intento de postergar el daño. Intento procrastinar lo malo. Seria como un intento de convertir lo malo en bueno, sin embargo cuando llegan las 8 de la noche, la ultima barrera se cae y solo pienso en la satisfacción barata de la comida. El placer a corto plazo, sin considerar el daño a futuro. O será que inconscientemente sabemos lo que nos estamos haciendo y por eso lo hacemos? Sera tan profundo el dolor, que sin animarnos a terminarlo de golpe, lo hacemos lentamente? Provocando un daño que va creciendo sin darnos cuenta de queb hay un punto del cual ya no podemos volver.

Pasado el atraco, el atiborrarme de comida y bebida, lo próximo es poner algo que distraiga mi mente en la televisión, hasta que el cuerpo se rinde y caigo en los brazos de Morfeo, hasta que la mañana me despierte con la ilusión de que ese será el día que logre salir del círculo maldito.

Que increíble es la mente, que a pesar de tener cada paso tan claro como el agua, sabiendo el resultado, sabiendo que cada paso en el camino lleva indefectiblemente a un dolor y una desilusión de uno mismo, cada vez mas profundo, aún así, lo seguimos a la perfección.

Este círculo destructivo con la comida, lo puedo describir perfectamente con cualquier comportamiento adictivo del tipo destructivo. Nunca un atraco de fruta o de ejercicio. Nunca un exceso de alguna relación no toxica. Nunca un exceso de cuidado hacia mi misma.  Increíble pero verdad.

Volviendo al ahora, paso la semana y creo que me puedo quedar tranquila que dadas las circunstancias, hice lo que pude y me salió para aprovechar el paraíso en el que estaba. Para descansar y respetar mis tiempos y mis momentos. 

Ahora me pregunto, como transformar la incertidumbre en esperanza. La tristeza en experiencia. El dolor en sosiego. Como dar el próximo paso.

Si cada tanto la vida nos pone enfrente la posibilidad de dar a nuestra vida un giro de 180 grados, si la vida como la sentimos no nos complace, no nos desafía, no nos motiva. Que esperar? Porque no abrazar esa posibilidad. Como inhabilitar el miedo al cambio y dar el paso al vacío, en espera que un nuevo camino se manifieste?

Yo creo que la única posibilidad de lograrlo es acompañada. No acompañado de una pareja, acompañado de almas que vibren en la misma frecuencia. Que tengan la capacidad de comprender y acompañar. De respetar los silencios. De acompañar la tristeza y la agonía de dejar atrás lo conocido. De tomarte de la mano y decirte que todo va a estar bien y que solo hay que seguir caminando sin mirar atrás.

Creo que si la vida nos recompensa con esa compañía, el cambio es posible. El futuro puede traer sorpresa y motivación, sosiego y esperanza.

Hasta la próxima vuelta.

Un comentario en “¿Que constituye la felicidad?

  1. Virginia dijo:

    Todo principio es difícil pero es mejor transitar un dolor y no quedar esclavos de un sufrimiento Animarse al salto al cambio da miedo pero pero tal vez enfrentar el miedo sea la salida.

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